Tercera Ley Universal
Primera parte
Vibraciòn
"Nada esta inmovil, todo se mueve, todo vibra"
Esta Ley enuncia que los diferentes estados de ser: materia, emociones, mente e incluso el espíritu; son el resultado de frecuencias de vibración variables, ya que desde el TODO que es espíritu puro, hasta la forma más densa de la materia, está en constante vibración. Y cuanto más alta es la frecuencia de vibración, más alta es la posición en la escala correspondiente de estados de ser.
La vibración del espíritu es de una intensidad y rapidez infinitas, tanto es así que prácticamente está en reposo. De otro lado, hay formas de materia tan densa que pareciera que están en reposo. Los extremos se tocan. El espíritu y la materia son los extremos. El medio de la escala está compuesto por una infinidad de grados variables de vibración. Esta Ley se cumple en todos los planos: material, emocional, mental y espiritual
Esta Ley es una de las más bellas e interesantes de las leyes que rigen el Universo. Recordemos que Metafísica significa más allá de lo que nuestros ojos ven y nuestros sentidos captan. Nos invita a internarnos en las profundidades de nuestro Ser, donde se encuentra nuestra Verdad que es la Verdad Una. “Como es arriba es abajo, como es abajo es arriba”. Somos en esencia una parte del Todo, y como tal reflejamos su naturaleza divina: somos un holograma de la Existencia. Somos el ‘puente’ que une el microcosmos (nuestra existencia interna) y el macrocosmos (el entorno que nos rodea). Ese puente está en nuestro corazón: es el Amor. El Amor es lo único que nos hace permanecer, nos hace indestructibles, inmutables: Nos hace Inmortales. Es nuestra Verdad Única como hijos de Dios hechos a imagen y semejanza de Él. Lo demás se disuelve en nuevas formas que han de reciclarse en el Seno de la Tierra para nutrir la Vida en sus diferentes manifestaciones.
“Todo es mente, el Universo es una Creación Mental”. Cada uno de nosotros lleva dentro de sí mismo su propio concepto de Dios. Cada mente es portadora de un flujo de pensamientos que reflejan en mayor o menor grado ésta Verdad Única que es Dios. Este es el sentido de la Pureza, reflejar esta Única Verdad (Centro) sin contaminación alguna que provenga del exterior (de una personalidad disociada, de la Periferia).
Un pensamiento Puro es constructivo, afirmativo, positivo, saludable, armonioso, sereno, creativo, lleno de luz; esta hecho de amor. Un pensamiento impuro es destructivo, negativo, desestabilizador, enfermizo, mecánico, oscuro; lleno de temor. Dentro de este ‘rango de opciones’ manejamos nuestro concepto de Dios. De este modo, algunas personas experimentan la vida desde el Amor otros desde el temor. Esta elección que cada uno realiza conciente o inconcientemente define su estado de felicidad o infelicidad, de salud o enfermedad, de paz o desasosiego…
En el primer caso el concepto de Dios es el verdadero: somos “hijos de Dios hechos a imagen y semejanza de Él”. Es un concepto de unidad entre Dios y nosotros sus hijos. En el segundo caso el concepto que se maneja de Dios es falso: nos hace ver como ‘seres dependientes de un dios antropomórfico hecho a imagen y semejanza del hombre’. Este es un concepto impregnado de separatidad que significa: “yo aquí frágil, débil, lleno de fallas, insolvente material y espiritualmente; y dios allá,… muy alto, poderoso, omnipresente, omnisciente, que observa mi comportamiento para castigarme o premiarme; y del cual debo merecer su favor. No puedo ser libre porque estoy bajo su control.
Nuestra mente, ese ‘ordenador biológico’ maravilloso solo hace el trabajo que conciente o inconcientemente le hemos encargado. Discierne según el concepto de Dios que se le ‘ingresa’, todo lo que le llega del exterior a través de nuestras percepciones: sensoriales, tempo-espaciales y dimensionales. La expresión en el plano físico, el resultado, es la Ley de Correspondencia.
De ahí la importancia de OBSERVAR nuestros pensamientos, nuestros sentimientos, nuestros hábitos; porque ellos tienen la clave de nuestro ‘cambio de chip’. Al detectar concientemente aquello que nos hace sufrir, ya habremos hemos hecho la mitad del camino. La otra mitad es enmendar la falla. El método requiere de mucho valor. Es atravesar nuestro sufrimiento, recuperar la parte de nuestra energía vital que le hemos cedido para darle vida. El sufrimiento siempre es psicológico, está en nuestra mente, no es real. ¡Y vivimos aterrorizados por una ilusión! Este proceso es cuántico no mecánico.
De ahí la importancia de OBSERVAR nuestros pensamientos, nuestros sentimientos, nuestros hábitos; porque ellos tienen la clave de nuestro ‘cambio de chip’. Al detectar concientemente aquello que nos hace sufrir, ya habremos hemos hecho la mitad del camino. La otra mitad es enmendar la falla. El método requiere de mucho valor. Es atravesar nuestro sufrimiento, recuperar la parte de nuestra energía vital que le hemos cedido para darle vida. El sufrimiento siempre es psicológico, está en nuestra mente, no es real. ¡Y vivimos aterrorizados por una ilusión! Este proceso es cuántico no mecánico.
"Otras emociones"
Mandala pintado por mi
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