El Género está en todo, y funciona en todos los planos de la Existencia. Generar significa concebir, procrear, crear, producir. Y nada puede generarse sin que se encuentre presente tanto el principio femenino como el principio masculino. Sin la concurrencia de ambos no hay creación. Nada puede existir. Todo tiene su madre y su padre, femenino y masculino. El sexo es solo la diferencia física manifestada en el plano concreto.
Pero la unión sexual de la hembra con el macho en el plano físico no es el Principio de Generación, sino más bien el cumplimiento de dicha Ley en la co-creación de un nuevo ser.
A través de esta Ley la dualidad se funde en la unidad para engendrar un nuevo ser. Esta Ley, también nos muestra la existencia de impulsos de atracción y repulsión que son las fuerzas que sostienen los movimientos de gravitación, tanto a nivel de las minúsculas partículas, como a nivel de los gigantescos súper universos.
A nivel microscópico la fuerza de atracción del núcleo de cada átomo, hace girar en su entorno a corpúsculos negativos de carga eléctrica: electrones. Después del obligado cortejo ambos se combinan, y ocurre la creación de un nuevo átomo. En las especies animal y humana la danza de la vida se repite con los espermatozoides siendo atraídos por el óvulo. Cuando uno de los espermas logra la penetración, sucede el milagro de la concepción.
A niveles macro cósmicos rige también el mismo mandato de Ley. En tiempos remotos el bombardeo de cometas, con impacto en la Tierra, pudo haber tenido un papel muy importante en la formación de la atmósfera y los mares[1]. Adicionalmente estos cometas pueden haber suministrado las moléculas orgánicas necesarias para el desarrollo de la vida".
El método de fertilización es entonces el mismo, trátese de electrones, espermatozoides o cometas que fecundan protones, óvulos o planetas.
Por Correspondencia “como es arriba es abajo, como es abajo es arriba”, la creación misma del universo obedece también a la Ley de Generación, por lo tanto la Generación se manifiesta en todos los planos de existencia. Esto significa que las posibilidades de creación desde la mente y desde el espíritu son también gobernadas por la misma norma. Esta Ley pone a nuestro alcance la clave para conducir nuestra vida con la potestad del sabio.
Procrear a niveles sutiles también es el resultado de la unión de dos opuestos. El pensamiento que es actividad y movilidad representa la polaridad masculina, mientras que las emociones que son expresiones de receptividad y reposo manifiestan el principio femenino. Para producir lo que deseamos en nuestra vida debemos unir estas dos fuerzas. El proyecto debe ser concebido primero en los planos sutiles y luego, si la Ley de Correspondencia lo autoriza, el universo apoyará el ‘proceso de gestación’ y proveerá que las circunstancias necesarias para su manifestación se den sincronizadamente. Transcurrido el tiempo necesario se verá invariablemente, la materialización de aquella idea creativa que se produjo.
Pensamiento + Emoción = Manifestación
Ley de Generación
Fuente: Elaborado a partir del trabajo de Bárbara Ann Brennan
Los planos superiores, sutiles, trasmiten la energía que contienen a los planos concretos de la realidad. Es decir, una determinada creencia o idea se materializa como un pensamiento (7 y 3). La creencia o idea es creativa (positiva o no siempre crea), el pensamiento es mecánico, solo obedece la directiva (adecuada o inadecuada) que ha recibido. Nuestras emociones solo reflejan nuestra conciencia de Amor, es decir nos queremos o no en función de cómo sentimos la vida, a través del temor o a través del Amor (6 y 2). Nuestra manifestación física, incluida sus circunstancias, son el reflejo de reconocer o no nuestra propia Verdad individual y actuarla. Es decir, vivimos en función del ‘que dirán’ o somos fieles a nuestra propia manera individual de ser (5 y 1).
El vínculo entre los planos superiores e inferiores tiene su expresión energética en el plano de las relaciones yo-tú (4). A través de nuestras relaciones con los demás nuestra ‘calidad espiritual’ se insufla al plano concreto de nuestra vida. Cómo pensamos (pensamiento), cómo sentimos (emociones) y cómo actuamos (hábitos).
En el Espíritu, nuestras creencias (aspecto masculino) (7) sumado a nuestra fe/temor (aspecto femenino) (6), dan lugar a nuestra Voluntad para defender nuestra verdad interna; lo que verdaderamente somos (5).
En la materia, nuestro pensamiento (aspecto masculino) (3) unido a nuestro sentimiento (aspecto femenino) (2), producen nuestra manifestación en el plano físico: nuestra vida y sus circunstancias (1).
Nuestra mente tiene una parte subconsciente y una parte conciente. Si consideramos a nuestra mente como una unidad, la parte subconsciente es mayor, cerca del 90% en el mejor de los casos; y solo el 10% o menos representa la parte de la cual tenemos conciencia. La mente subconsciente es subjetiva y le corresponde el aspecto femenino. La mente conciente es objetiva y se le atribuye el aspecto masculino. Nuestra mente subjetiva es la que imagina, visualiza, sueña, etc.; es la más cercana al plano superior, espiritual que llamamos mente divina. Mientras que nuestra mente conciente es concreta, operativa, ejecutora.
Accedemos a la parte subconsciente cuando estamos Centrados (en nuestro Núcleo), cuando vivimos meditativamente. Desde ahí obtenemos todas las respuestas que necesitamos para vivir una vida armoniosa y feliz. Desde nuestro Centro, nuestra conciencia se amplía, nuestra perspectiva es más amplia. Es como ver ‘la calle desde el último piso’; con seguridad veremos más que desde los pisos inferiores.
Cuando amalgamamos el aspecto subjetivo y femenino con la voluntad de hacer (aspecto objetivo, masculino), proyectamos el fenómeno de la creación mental. El fenómeno que hemos detallado exhaustivamente en la Ley del Mentalismo, se comprende cabalmente en esta Ley de la Generación.
El pensamiento que permanece,… sobre el cual regresamos una y otra vez,… es decir, lo meditamos;
genera a manera de ropaje alrededor de él, una fuerza emocional que lo potencia; y
al cabo de un tiempo, se manifiesta en nuestra vida.
Cuanto mayor es la intensidad emocional asociada, mayor la inminencia del hecho.
El principio masculino y el principio femenino son complementarios. Uno necesita del otro para generar vida en cualquier dimensión de la Existencia: microcosmos o macrocosmos.
El principio masculino emite, da, estimula, dirige, es fuego que enciende la vida. El principio femenino atrae, recibe, germina, reproduce, da forma, crea vida. En la materia, el átomo es una nube de electrones que danza frenéticamente en torno al núcleo, con el fin de penetrar en él y encender el proceso que dará lugar a una nueva vida.
La Ley de Generación se cumple en toda la Existencia por igual. La diferencia solo está en la dimensión.
"MARGOT"
Mandala pintado por mi
Continúa CONCLUSIONES en
http://conciencialuzvioleta.blogspot.com/2009/09/modo-de-conclusion.html
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[1] Enciclopedia Británica
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