Segunda parte
METAFISICA PARA LA VIDA
“La materia inmortal, como las almas, cambia de forma pero nunca muere”
(Anònimo)
“El cuerpo no es más que un medio de volverse temporalmente visible”
(Pablo Neruda)
La verdad es que nuestra forma cambia pero nuestro Ser permanece, y en cada oportunidad vamos aprendiendo a manifestar nuestra naturaleza divina a través del perfeccionamiento de nuestra alma.
Manifestar nuestra naturaleza divina no es otra cosa que aprender a vivir con sabiduría, inteligencia, voluntad, serenidad, alegría, compasión, humildad,… común-unión. Y esto se logra viviendo únicamente desde el AMOR. En eso consiste nuestra evolución como seres humanos, llegar a ser una manifestación del Amor de Dios. De modo que la muerte física es una apariencia, algo que nuestros cinco sentidos físicos captan hasta donde pueden, hasta donde son capaces de captar. Lo que sigue más allá, es precisamente, el objetivo de lo que se llama estudio metafísico.
Cada quien tiene su propia ‘verdad’, es decir, cada uno tiene su propio concepto de Dios, el que le han enseñado, el que él se ha forjado, el que él siente; y que está cimentado en el condicionamiento (padres, escuela, iglesia, sociedad,…) que ha recibido desde la infancia, desde el momento de nacer.
Este condicionamiento incide fuertemente en la personalidad del individuo, haciéndole experimentar la vida a través del amor o a través del miedo. La forma en cómo el individuo experimenta su vida mide su estado de armonía, alegría y paz. Su cielo o su infierno. Su buena salud o su enfermedad. Su éxito o su fracaso. Su felicidad o su infelicidad….
Por ejemplo, qué ‘vida’ se estaría construyendo para nosotros cuando se nos siembra desde pequeños la idea de que el Creador es omnipotente, terrible, celoso, castigador. Que es un Dios que premia y castiga, que tiene un cielo, un purgatorio y un infierno, que maneja las enfermedades, los terremotos, toda clase de cataclismos; como si fuera un látigo con el cual azota a la humanidad (generando culpa), o la premia con riqueza, salud y bienestar (despertando codicia).
Esta es una imagen distorsionada de Dios, como la imagen de nosotros mostrada por un espejo de mala calidad que refleja picos y ondas que no tenemos. Es una imagen construida por el hombre ‘a su imagen y semejanza’. Es un Dios antropomorfo, que muestra todas las debilidades humanas, que ejerce control sobre el hombre al que somete a través del miedo.
Dios es nuestra fuente de vida, es nuestra respiración, nos atraviesa (esta dentro y fuera de nosotros), nos nutre, nos suministra, somos su semilla: hecha a imagen y semejanza de Él. Comparte con nosotros su capacidad creadora: somos co-creadores de vida a través de nuestro pensamiento, nuestro libre albedrío y nuestra capacidad de elección. Dios es Amor, porque la existencia no es más que un Eterno Manantial de Amor, del cual brotamos como semilla y al cual regresamos en flor, iluminados por la luz de nuestra propia verdad concientemente reconocida y manifestada.
Fuimos creados para ser felices, libres, con la libertad del aire que va por todas partes dando vida. Nuestros pensamientos son nuestros y nosotros somos quienes los producimos. La libertad es un estado de actitud mental y darnos cuenta de ello nos libera. Solo entonces somos libres.
El sentimiento de culpa, el miedo, nos separa de Dios. La existencia solo produce bien, nos ilumina; porque es Amor. Pero para recibirla debemos vibrar en su misma frecuencia. Ayuda a este propósito REconocer (porque las conocemos) las Leyes que gobiernan el universo, y que como tales funcionan constantemente, inexorablemente; dentro y fuera de cada uno de nosotros.
¿Por qué hay tanto sufrimiento en el mundo?
El sufrimiento es producido por el mal uso, consciente o inconsciente, que el hombre ha hecho de las Leyes Universales. Vivir alejado de ellas afecta el estado de armonía, alegría y paz de la vida, generando a corto plazo dolor, sufrimiento y a largo plazo enfermedad.
Un ejemplo. El fuego, si lo usamos bien nos calienta, proporciona fuerza motriz, pero usándolo sin amor destruye la vida, mata.
Luego, vivir guiados por el cumplimiento adecuado de estos Principios o Leyes Universales, nos hace dueños de nuestro mundo, y más bien nos da la clave para dejar de ser gobernados por las circunstancias, posibilitando que asumamos el control total de nuestra vida. Eso es tener Libertad.
Otoño
Mandala pintado por mi
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