Cuarta parte
METAFÌSICA PARA LA VIDA
¿Me merezco lo mejor de la vida?
Los problemas no son obstáculos, ni barreras, sino desafíos para avanzar, para evolucionar y crecer. Vivir es una aventura que requiere valor y pasión. Cada paso que damos hacia delante se queda con nosotros para la eternidad, nos convierte en seres más felices, más armoniosos, más equilibrados,… más sanos.
Nuestra creatividad aumenta, en la medida en que desarrollamos nuestros talentos y los ponemos al servicio de la humanidad. Somos únicos y aportamos a la existencia, a la vida, aquello que solo nosotros y nadie más puede aportar. La competencia no es natural porque es hija de la codicia. Lo que es natural es la complementariedad, la comunión; todos tenemos talentos únicos que aportar a la vida. Y nuestro compromiso ante Dios es desarrollarlos y ofrecerlos para el bien de la humanidad. Esa es nuestra felicidad, nuestra verdadera vocación de servicio.
Nuestra creatividad aumenta, en la medida en que desarrollamos nuestros talentos y los ponemos al servicio de la humanidad. Somos únicos y aportamos a la existencia, a la vida, aquello que solo nosotros y nadie más puede aportar. La competencia no es natural porque es hija de la codicia. Lo que es natural es la complementariedad, la comunión; todos tenemos talentos únicos que aportar a la vida. Y nuestro compromiso ante Dios es desarrollarlos y ofrecerlos para el bien de la humanidad. Esa es nuestra felicidad, nuestra verdadera vocación de servicio.
¿Qué te recrea, te apasiona, te hace creativo (te desafía), te divierte;
y te provoca irresistiblemente compartir con los demás?
El desafío siempre esconde un tesoro: la creatividad humana. Cuando el reto es asumido se produce el descubrimiento. Es así còmo el fuego fue la solución al desafío del frío. La música fue una respuesta a las ansias de una más alta expresión emocional. El hombre diseñó artilugios para dominar los muchos desafíos prácticos que la vida diaria le presentaba. El teléfono, el automóvil, el avión son soluciones parciales a los desafíos que plantean el tiempo y el espacio. La imprenta es la respuesta a otro tipo de desafío. El descubrimiento del mundo subatómico abre al entendimiento humano el conocimiento y explicación de muchos fenómenos de naturaleza sutil que existen porque se ‘sienten’ pero no se pueden ver. Son algunos ejemplos.
En nuestra vida los problemas, son desafíos; y todos tienen solución accesible a través de un estado meditativo, cuya puerta de entrada puede ser la mente, a través de una oración.
Las grandes fuerzas espirituales que crearon y sostienen el Universo, que provienen del Pensamiento de Dios, están también en nosotros y siempre que nuestra personalidad este alineada en su misma frecuencia de vibración (vivamos en el espíritu de la Ley Universal), accederemos a las respuestas que nuestro diario vivir requiere para ser armoniosos, alegres, felices.
Toda Causa actúa en una multitud de formas diferentes, es decir, produce muchos Efectos (tantos como los seres humanos que apelen a ella). La respuesta vendrá a cubrir nuestra necesidad (para cumplir nuestra misión en la vida), no nuestro deseo (que proviene de un estado de carencia); por lo tanto en la oración meditativa nuestra atención e intención debe estar centrada en aquello que necesitamos para nuestro bien y el de toda la humanidad. El estado de resonancia armoniosa con nuestra intención y el grado de pureza y amor de la misma, manifestarán la fluidez de la respuesta que requerimos. Acceder al gran poder del universo exige de nosotros un estado de relajación física, emocional y mental. Un estado de ‘vacío interior’. Un estado de ausencia de tensión física,… sin mente,… sin oleaje emocional, solo una atmósfera de Amor.
Cosechamos lo que sembramos. Nuestros pensamientos y nuestras creencias (semilla) se manifiestan en nuestro diario vivir (cosecha). Nuestra experiencia es el reflejo de cómo ‘vemos’ la vida y de la calidad de los pensamientos que generamos. A través de nuestra mente, conciente o inconcientemente, ‘movemos’ causas que producen efectos. Esto es una realidad impersonal e inflexible, es una Ley Universal. Su observancia mide el grado de nuestra evolución como seres humanos hacia un estado de paz, armonía, y felicidad.
En nuestra vida los problemas, son desafíos; y todos tienen solución accesible a través de un estado meditativo, cuya puerta de entrada puede ser la mente, a través de una oración.
Las grandes fuerzas espirituales que crearon y sostienen el Universo, que provienen del Pensamiento de Dios, están también en nosotros y siempre que nuestra personalidad este alineada en su misma frecuencia de vibración (vivamos en el espíritu de la Ley Universal), accederemos a las respuestas que nuestro diario vivir requiere para ser armoniosos, alegres, felices.
Toda Causa actúa en una multitud de formas diferentes, es decir, produce muchos Efectos (tantos como los seres humanos que apelen a ella). La respuesta vendrá a cubrir nuestra necesidad (para cumplir nuestra misión en la vida), no nuestro deseo (que proviene de un estado de carencia); por lo tanto en la oración meditativa nuestra atención e intención debe estar centrada en aquello que necesitamos para nuestro bien y el de toda la humanidad. El estado de resonancia armoniosa con nuestra intención y el grado de pureza y amor de la misma, manifestarán la fluidez de la respuesta que requerimos. Acceder al gran poder del universo exige de nosotros un estado de relajación física, emocional y mental. Un estado de ‘vacío interior’. Un estado de ausencia de tensión física,… sin mente,… sin oleaje emocional, solo una atmósfera de Amor.
Cosechamos lo que sembramos. Nuestros pensamientos y nuestras creencias (semilla) se manifiestan en nuestro diario vivir (cosecha). Nuestra experiencia es el reflejo de cómo ‘vemos’ la vida y de la calidad de los pensamientos que generamos. A través de nuestra mente, conciente o inconcientemente, ‘movemos’ causas que producen efectos. Esto es una realidad impersonal e inflexible, es una Ley Universal. Su observancia mide el grado de nuestra evolución como seres humanos hacia un estado de paz, armonía, y felicidad.
No hay forma de que esta Ley Universal pueda ser manipulada por intereses de la personalidad, porque está por encima de ella. Todo intento de manipulación no es sino una ilusión de la mente infantil y caprichosa, que está atrapada en la conciencia de escases y el deseo; atrayendo como resultado dolor y sufrimiento a la vida. Así, somos nosotros mismos los que construimos nuestra felicidad o nuestra desdicha.
Sol mio
Pintado por mi
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