Extraído de: http://www.esenciasflorales.net/inicio/metamorfica.htm
ORIGENES
Hace aproximadamente 40 años, Robert St. John desarrolló a partir de la Reflexología Podal, ésta terapia innovadora. Investigando sobre los mapas de los puntos reflejos de los pies, llegó a la conclusión que en algunas zonas, generalmente a lo largo de la cara interna lateral del pie (que correspondería a la columna vertebral), los efectos producidos por la terapia no sólo eran de carácter físico sino que también eran de tipo emocional y psicológico.
Siguiendo con su investigación, relacionó esta zona con el Esquema Prenatal (figura 1º). Observó que a partir del momento de la concepción, el zigoto (célula resultante de la fusión óvulo-espermatozoide) crecía en dirección longitudinal (céfalo-caudal) y estableció así su correspondencia con la columna vertebral. Comprobó que todos los acontecimientos producidos a lo largo de la gestación, quedaban registrados en la misma y que trabajando las zonas reflejas, correspondientes a la columna vertebral, se producía un desbloqueo que beneficiaba a los pacientes con problemas de tipo emocional. Se da por sentado, que cualquier estímulo exterior durante el embarazo puede afectar al feto de forma física o psíquica. Por ejemplo: un temor consciente o inconsciente, un estado de ansiedad de la madre, puede producir posteriormente una serie de disfunciones en el niño, estableciéndose patrones de conducta que pueden persistir durante toda la vida.
PRACTICA
Su práctica es muy sencilla. Consiste en realizar unos pases con los dedos de la mano, en la cara lateral interna del pie, desde la parte superior del dedo gordo, en la esquina de la uña, hasta el talón y viceversa. De vez en cuando, al llegar al talón, se rodea el empeine hasta pasar por el hueso externo de tobillo y se retrocede hasta alcanzar de nuevo el talón. Se repite la operación en el otro pie.
En éste recorrido, el practicante estimula la Glándula Píneal, situada en la esquina superior de la uña. La Glándula Pituitária, esquina inferior de la uña. El Punto de la Concepción, situado en la 1ª articulación del dedo gordo del pie y que también corresponde a la 1ª vértebra cervical. Sigue su recorrido por el arco del pie, pasando por diversas fases del Esquema Prenatal , hasta llegar al punto de Animación, en el centro del arco, situado entre el hueso cuneiforme interno y los naviculares. Finalmente, llega al talón y allí hasta la inserción del tendón de Aquiles, donde se sitúa el punto del Nacimiento.
En las manos el procedimiento es el mismo. Se inicia en la esquina superior de la uña del pulgar, bajando por la parte externa, hasta llegar a la muñeca y se inicia el regreso hacia la parte superior del pulgar. Ocasionalmente, se rodea la muñeca y se repite el recorrido. Realizar la misma operación en la otra mano.
Para la cabeza, el practicante se sitúa detrás del paciente sentado. Con ambas manos, alternándolas, empieza un recorrido que se inicia en la parte superior de la cabeza, en la fontanela, y llega hasta la base del cráneo siguiendo una línea central. De vez en cuando, sigue un recorrido que va desde los huesos mastoides, pasando por detrás de las orejas y siguiendo el reborde occipital, hasta el centro de la base del cráneo, donde se encontrarán ambas manos. Aquí los movimientos habrán de ser especialmente suaves ya que la cabeza es muy sensible. También en éste caso se recomienda el silencio, para que el paciente pueda concentrarse mas en sus sensaciones. No así para los pies y las manos en que podemos hablar libremente, escuchar música, etc. sin que interfiera para nada esta actitud.
Hace aproximadamente 40 años, Robert St. John desarrolló a partir de la Reflexología Podal, ésta terapia innovadora. Investigando sobre los mapas de los puntos reflejos de los pies, llegó a la conclusión que en algunas zonas, generalmente a lo largo de la cara interna lateral del pie (que correspondería a la columna vertebral), los efectos producidos por la terapia no sólo eran de carácter físico sino que también eran de tipo emocional y psicológico.
Siguiendo con su investigación, relacionó esta zona con el Esquema Prenatal (figura 1º). Observó que a partir del momento de la concepción, el zigoto (célula resultante de la fusión óvulo-espermatozoide) crecía en dirección longitudinal (céfalo-caudal) y estableció así su correspondencia con la columna vertebral. Comprobó que todos los acontecimientos producidos a lo largo de la gestación, quedaban registrados en la misma y que trabajando las zonas reflejas, correspondientes a la columna vertebral, se producía un desbloqueo que beneficiaba a los pacientes con problemas de tipo emocional. Se da por sentado, que cualquier estímulo exterior durante el embarazo puede afectar al feto de forma física o psíquica. Por ejemplo: un temor consciente o inconsciente, un estado de ansiedad de la madre, puede producir posteriormente una serie de disfunciones en el niño, estableciéndose patrones de conducta que pueden persistir durante toda la vida.
PRACTICA
Su práctica es muy sencilla. Consiste en realizar unos pases con los dedos de la mano, en la cara lateral interna del pie, desde la parte superior del dedo gordo, en la esquina de la uña, hasta el talón y viceversa. De vez en cuando, al llegar al talón, se rodea el empeine hasta pasar por el hueso externo de tobillo y se retrocede hasta alcanzar de nuevo el talón. Se repite la operación en el otro pie.
En éste recorrido, el practicante estimula la Glándula Píneal, situada en la esquina superior de la uña. La Glándula Pituitária, esquina inferior de la uña. El Punto de la Concepción, situado en la 1ª articulación del dedo gordo del pie y que también corresponde a la 1ª vértebra cervical. Sigue su recorrido por el arco del pie, pasando por diversas fases del Esquema Prenatal , hasta llegar al punto de Animación, en el centro del arco, situado entre el hueso cuneiforme interno y los naviculares. Finalmente, llega al talón y allí hasta la inserción del tendón de Aquiles, donde se sitúa el punto del Nacimiento.
En las manos el procedimiento es el mismo. Se inicia en la esquina superior de la uña del pulgar, bajando por la parte externa, hasta llegar a la muñeca y se inicia el regreso hacia la parte superior del pulgar. Ocasionalmente, se rodea la muñeca y se repite el recorrido. Realizar la misma operación en la otra mano.
Para la cabeza, el practicante se sitúa detrás del paciente sentado. Con ambas manos, alternándolas, empieza un recorrido que se inicia en la parte superior de la cabeza, en la fontanela, y llega hasta la base del cráneo siguiendo una línea central. De vez en cuando, sigue un recorrido que va desde los huesos mastoides, pasando por detrás de las orejas y siguiendo el reborde occipital, hasta el centro de la base del cráneo, donde se encontrarán ambas manos. Aquí los movimientos habrán de ser especialmente suaves ya que la cabeza es muy sensible. También en éste caso se recomienda el silencio, para que el paciente pueda concentrarse mas en sus sensaciones. No así para los pies y las manos en que podemos hablar libremente, escuchar música, etc. sin que interfiera para nada esta actitud.
La duración aconsejada sería: Aproximadamente veinte minutos para cada pie, diez minutos para cada mano y de cinco a diez minutos para la cabeza.
La frecuencia aconsejada sería de una sesión semanal completa (pies, manos y cabeza). No obstante, tanto la duración como la frecuencia, quedan al libre albedrío de cada persona y de su necesidad en épocas de crisis. Si no fuera posible una sesión completa, es aconsejable practicar solamente en ambos pies.
Los efectos producidos son diferentes en cada paciente. A veces, éstos son inmediatos, notándose mejoría tanto a nivel físico como emocional. En otros casos, se producen paulatinamente y afectan incluso al entorno de ésta persona.
Así pues, aplicando la Técnica Metamórfica sobre pies, manos y cabeza, desbloquearemos y equilibraremos la energía vital, promoviendo el principio de Autocuración que todos los seres vivos poseen. Aquí radica la gran diferencia con respecto a otras terapias. El terapeuta observa en todo momento dos principios fundamentales: 1º No intención, 2º No implicación.
Con el distanciamiento, el terapeuta consigue que la energía fluya hacia donde sea más necesaria, sin plantearse preguntas de ningún tipo. No importa tanto la enfermedad, como la posibilidad de que el paciente llegue a ser consciente del problema que la provocó. De esta manera se llega a la comprensión y a la aceptación, y por lo tanto, al equilibrio que dará paso a la curación.
El practicante es solamente un catalizador. La tierra que acoge a la semilla, es el ejemplo más adecuado para explicar la función de la Técnica Metamórfica. Gracias a la humedad, y a la temperatura adecuada, permite que ésta partícula que parecía seca y sin vida, germine y renazca por ella misma, gracias a su fuerza vital. Metamorfosis significa transformación y esto es lo que se produce cuando nuestra energía fluye libremente.
Estamos trabajando fuera del Tiempo y del Espacio. Porque desde el presente podemos modificar el pasado. El momento de la concepción siempre es el momento presente, el aquí y ahora.
APLICACIÓN
Su simplicidad hace accesible su práctica a cualquier tipo de persona. No importa en absoluto que el practicante sea consciente de su acción. Quizá, incluso sea deseable, porque entonces es mayor su desapego. Es especialmente recomendable para personas con minusvalías tanto físicas como psíquicas (parálisis cerebral, autismo, síndrome de Dawn, etc.). También en cuadros depresivos, fobias, trastornos emocionales...
Los niños son muy sensibles a esta terapia, siendo sus efectos mucho más evidentes. En casos de hiperactividad se ha comprobado su eficacia. Hemos de dejar que sean ellos los que marquen las pautas de frecuencia y duración de la práctica.
En enfermos terminales, ayudaremos a la aceptación del tránsito que está a punto de emprender. La imagen de la Metamorfosis es la del gusano que se transforma en mariposa; es la liberación del espíritu que deja su envoltorio en la tierra. Es el nacimiento a una nueva realidad.
En todo caso, la Técnica Metamórfica, proporciona un estado de relajación y bienestar que induce al equilibrio, por lo que su aplicación y práctica es aconsejable para cualquier persona.
Pero, de todos los tratamientos, el más emocionante es el que recibe la mujer embarazada. La Técnica Metamórfica establece un lazo de unión más profundo entre la madre y el nuevo ser. La transformación se establece en dos niveles, pero el resultado es la Unidad. La consciencia de la madre se refuerza y por lo tanto la comunicación es total. No en vano el Esquema Prenatal, o sea el “ mapa de navegación “ de todo ser humano, es la base sobre la que se asienta la Técnica Metamórfica.
La frecuencia aconsejada sería de una sesión semanal completa (pies, manos y cabeza). No obstante, tanto la duración como la frecuencia, quedan al libre albedrío de cada persona y de su necesidad en épocas de crisis. Si no fuera posible una sesión completa, es aconsejable practicar solamente en ambos pies.
Los efectos producidos son diferentes en cada paciente. A veces, éstos son inmediatos, notándose mejoría tanto a nivel físico como emocional. En otros casos, se producen paulatinamente y afectan incluso al entorno de ésta persona.
Así pues, aplicando la Técnica Metamórfica sobre pies, manos y cabeza, desbloquearemos y equilibraremos la energía vital, promoviendo el principio de Autocuración que todos los seres vivos poseen. Aquí radica la gran diferencia con respecto a otras terapias. El terapeuta observa en todo momento dos principios fundamentales: 1º No intención, 2º No implicación.
Con el distanciamiento, el terapeuta consigue que la energía fluya hacia donde sea más necesaria, sin plantearse preguntas de ningún tipo. No importa tanto la enfermedad, como la posibilidad de que el paciente llegue a ser consciente del problema que la provocó. De esta manera se llega a la comprensión y a la aceptación, y por lo tanto, al equilibrio que dará paso a la curación.
El practicante es solamente un catalizador. La tierra que acoge a la semilla, es el ejemplo más adecuado para explicar la función de la Técnica Metamórfica. Gracias a la humedad, y a la temperatura adecuada, permite que ésta partícula que parecía seca y sin vida, germine y renazca por ella misma, gracias a su fuerza vital. Metamorfosis significa transformación y esto es lo que se produce cuando nuestra energía fluye libremente.
Estamos trabajando fuera del Tiempo y del Espacio. Porque desde el presente podemos modificar el pasado. El momento de la concepción siempre es el momento presente, el aquí y ahora.
APLICACIÓN
Su simplicidad hace accesible su práctica a cualquier tipo de persona. No importa en absoluto que el practicante sea consciente de su acción. Quizá, incluso sea deseable, porque entonces es mayor su desapego. Es especialmente recomendable para personas con minusvalías tanto físicas como psíquicas (parálisis cerebral, autismo, síndrome de Dawn, etc.). También en cuadros depresivos, fobias, trastornos emocionales...
Los niños son muy sensibles a esta terapia, siendo sus efectos mucho más evidentes. En casos de hiperactividad se ha comprobado su eficacia. Hemos de dejar que sean ellos los que marquen las pautas de frecuencia y duración de la práctica.
En enfermos terminales, ayudaremos a la aceptación del tránsito que está a punto de emprender. La imagen de la Metamorfosis es la del gusano que se transforma en mariposa; es la liberación del espíritu que deja su envoltorio en la tierra. Es el nacimiento a una nueva realidad.
En todo caso, la Técnica Metamórfica, proporciona un estado de relajación y bienestar que induce al equilibrio, por lo que su aplicación y práctica es aconsejable para cualquier persona.
Pero, de todos los tratamientos, el más emocionante es el que recibe la mujer embarazada. La Técnica Metamórfica establece un lazo de unión más profundo entre la madre y el nuevo ser. La transformación se establece en dos niveles, pero el resultado es la Unidad. La consciencia de la madre se refuerza y por lo tanto la comunicación es total. No en vano el Esquema Prenatal, o sea el “ mapa de navegación “ de todo ser humano, es la base sobre la que se asienta la Técnica Metamórfica.
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