Por Laura Foletto
Leemos y hablamos mucho sobre la Nueva Energía, sobre los sublimes cambios que estamos y estaremos atravesando, pero, ¿cómo se manifiesta eso para cada uno de nosotros? Te cuento mi caso, por si te ayuda a comprenderlo mejor.
Si bien lo espiritual fue decisivo en mi vida desde siempre, los últimos diez años han sido bien movidos, más en el adentro que en el afuera. Desde los síntomas físicos hasta los psicológicos, no ha habido respiro ni tregua. Justamente, ayudarme de la respiración fue una clave importante que no paro de recomendar porque es uno de los aspectos más fundamentales y subvalorados de esta transformación. Por ser simple, se la deja de lado sin comprender que lo nuevo va de la mano de la sencillez, tan lejana al Ego y sus complejidades inútiles.
Calores continuos (que me despertaban más de diez veces por noche), rinitis vasomotora que se convertían en sinusitis, dolores que mutaban de lugares, aumento de peso con hinchazones incluidas que me hacían parecer embarazada, visiones borrosas intermitentes, ruidos en los oídos, mareos, enfermedades que aparecían y desaparecían como vinieron… algo más??!! Sí, algunas que otras cosas que olvidé piadosamente han sido el recorrido que fue forjando un cuerpo físico que sostenga un nivel mucho mayor de Luz. Algunos síntomas continúan mucho más atenuados (o son distintos de acuerdo a nuevos Portales), pero lo importante es no hacer drama con ellos. Aceptarlos como parte del proceso y ayudar con recursos apropiados es lo mejor.
El Ego también tuvo sus cataclismos. Barrer bajo la alfombra los asuntos significativos no va con la Nueva Energía. Todo debe salir a la luz y ser reconocido y sanado. No hubo aspecto que no fuera revisado y cambiado. Eso impactó en mi entorno. Conocidos, amigos, familiares, pacientes, grupos, fueron desapareciendo paulatinamente. Algunos retornaron desde otros lugares, otros se fueron para siempre. La vibración va haciendo elecciones continuas de acuerdo a su evolución y aprendizajes. Al principio, las sufría y me enojaba. Con el tiempo, me acostumbré a las pocas relaciones, al vaivén de los cambios y a una mayor soledad.
Siempre, tuve una veta de solitaria. En algunos tiempos, la padecía. Comprendí que era necesaria para encontrarme y disfrutar de ser yo misma, de sentirme bien en mi piel, de aceptarme y amarme totalmente a fin de hacer lo mismo con los demás. De lo contrario, mis propios conflictos y necesidades eran reflejados por los otros y las relaciones se convertían en demandas constantes de que me dieran lo que yo no creía poder darme.
El trabajo y la prosperidad fueron otro tema candente. Después de mucho buscar, había encontrado lo que mi corazón deseaba hacer. Esto es fundamental. Prosperamos en lo que amamos, en lo que nos es fácil y natural. Esto implica soltar una enorme cantidad de conceptos con lo que la sociedad nos bombardea como verdades y que no son más que mentiras disfrazadas para mantenernos esclavizados. Fui encontrando mis formas de vivir en abundancia con mis parámetros.
Esto es verdad en todos los sentidos. La Nueva Energía tiene sus particulares cualidades que no tienen ningún punto de comparación con la vieja. No podemos usar los mismos métodos de la sociedad en la que estamos inmersos si queremos resultados distintos. Eso es esquizofrenia. Lo que hace veinte, diez años atrás era imposible o muy difícil, ahora está habilitado. Hay una corriente energética desplazándose fluidamente para que nos subamos y hagamos todo desde el nuevo paradigma. Desconocerlo o descreerlo solo incrementa el esfuerzo y el sufrimiento inútilmente. Surfeemos la ola y recibiremos su impulso y poder.
Los que despertamos o los que están en ello tenemos una característica común: nos sentimos raros, desplazados, solos. Muchos se aislan o se discriminan ellos mismos. Los que hemos estado encarnando desde hace mucho tiempo también podemos sentirnos que no merecemos esta oportunidad o que seremos castigados o perseguidos: es el “recuerdo” de antiguos sucesos. No sucederá esta vez. Este es el tiempo que hemos estado esperando. Nosotros somos los que hemos estado esperando. Al conectarnos con nuestra alma, los velos se irán afinando poco a poco y sabremos que ya somos y tenemos lo necesario.
No estás solo. Muchos están despertando. Mira a tu alrededor. Aunque creas que eres un bicho raro o que no comprendes muy bien que te está sucediendo o que estás buscando “algo más” que no sabes qué es, eres parte importante de este cambio. No te escondas. Tampoco evangelices. Cada uno despertará a su ritmo y encontrará lo que necesita. Simplemente, acepta el luminoso proceso. Gózalo. Es la razón por la que viniste. Conéctate. A ti mismo, a los otros, a la ayuda que precises. Hazlo parte de tu vida diaria. Ya no existe la separación entre materia y espíritu. Todo es Uno. Y te guía y sostiene. Maravíllate. Eres único. Eres Todo.
Leemos y hablamos mucho sobre la Nueva Energía, sobre los sublimes cambios que estamos y estaremos atravesando, pero, ¿cómo se manifiesta eso para cada uno de nosotros? Te cuento mi caso, por si te ayuda a comprenderlo mejor.
Si bien lo espiritual fue decisivo en mi vida desde siempre, los últimos diez años han sido bien movidos, más en el adentro que en el afuera. Desde los síntomas físicos hasta los psicológicos, no ha habido respiro ni tregua. Justamente, ayudarme de la respiración fue una clave importante que no paro de recomendar porque es uno de los aspectos más fundamentales y subvalorados de esta transformación. Por ser simple, se la deja de lado sin comprender que lo nuevo va de la mano de la sencillez, tan lejana al Ego y sus complejidades inútiles.
Calores continuos (que me despertaban más de diez veces por noche), rinitis vasomotora que se convertían en sinusitis, dolores que mutaban de lugares, aumento de peso con hinchazones incluidas que me hacían parecer embarazada, visiones borrosas intermitentes, ruidos en los oídos, mareos, enfermedades que aparecían y desaparecían como vinieron… algo más??!! Sí, algunas que otras cosas que olvidé piadosamente han sido el recorrido que fue forjando un cuerpo físico que sostenga un nivel mucho mayor de Luz. Algunos síntomas continúan mucho más atenuados (o son distintos de acuerdo a nuevos Portales), pero lo importante es no hacer drama con ellos. Aceptarlos como parte del proceso y ayudar con recursos apropiados es lo mejor.
El Ego también tuvo sus cataclismos. Barrer bajo la alfombra los asuntos significativos no va con la Nueva Energía. Todo debe salir a la luz y ser reconocido y sanado. No hubo aspecto que no fuera revisado y cambiado. Eso impactó en mi entorno. Conocidos, amigos, familiares, pacientes, grupos, fueron desapareciendo paulatinamente. Algunos retornaron desde otros lugares, otros se fueron para siempre. La vibración va haciendo elecciones continuas de acuerdo a su evolución y aprendizajes. Al principio, las sufría y me enojaba. Con el tiempo, me acostumbré a las pocas relaciones, al vaivén de los cambios y a una mayor soledad.
Siempre, tuve una veta de solitaria. En algunos tiempos, la padecía. Comprendí que era necesaria para encontrarme y disfrutar de ser yo misma, de sentirme bien en mi piel, de aceptarme y amarme totalmente a fin de hacer lo mismo con los demás. De lo contrario, mis propios conflictos y necesidades eran reflejados por los otros y las relaciones se convertían en demandas constantes de que me dieran lo que yo no creía poder darme.
El trabajo y la prosperidad fueron otro tema candente. Después de mucho buscar, había encontrado lo que mi corazón deseaba hacer. Esto es fundamental. Prosperamos en lo que amamos, en lo que nos es fácil y natural. Esto implica soltar una enorme cantidad de conceptos con lo que la sociedad nos bombardea como verdades y que no son más que mentiras disfrazadas para mantenernos esclavizados. Fui encontrando mis formas de vivir en abundancia con mis parámetros.
Esto es verdad en todos los sentidos. La Nueva Energía tiene sus particulares cualidades que no tienen ningún punto de comparación con la vieja. No podemos usar los mismos métodos de la sociedad en la que estamos inmersos si queremos resultados distintos. Eso es esquizofrenia. Lo que hace veinte, diez años atrás era imposible o muy difícil, ahora está habilitado. Hay una corriente energética desplazándose fluidamente para que nos subamos y hagamos todo desde el nuevo paradigma. Desconocerlo o descreerlo solo incrementa el esfuerzo y el sufrimiento inútilmente. Surfeemos la ola y recibiremos su impulso y poder.
Los que despertamos o los que están en ello tenemos una característica común: nos sentimos raros, desplazados, solos. Muchos se aislan o se discriminan ellos mismos. Los que hemos estado encarnando desde hace mucho tiempo también podemos sentirnos que no merecemos esta oportunidad o que seremos castigados o perseguidos: es el “recuerdo” de antiguos sucesos. No sucederá esta vez. Este es el tiempo que hemos estado esperando. Nosotros somos los que hemos estado esperando. Al conectarnos con nuestra alma, los velos se irán afinando poco a poco y sabremos que ya somos y tenemos lo necesario.
No estás solo. Muchos están despertando. Mira a tu alrededor. Aunque creas que eres un bicho raro o que no comprendes muy bien que te está sucediendo o que estás buscando “algo más” que no sabes qué es, eres parte importante de este cambio. No te escondas. Tampoco evangelices. Cada uno despertará a su ritmo y encontrará lo que necesita. Simplemente, acepta el luminoso proceso. Gózalo. Es la razón por la que viniste. Conéctate. A ti mismo, a los otros, a la ayuda que precises. Hazlo parte de tu vida diaria. Ya no existe la separación entre materia y espíritu. Todo es Uno. Y te guía y sostiene. Maravíllate. Eres único. Eres Todo.
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