Por David Montalvo
Todos los caminos conducen hasta tu corazón. No busques más en el exterior lo que tienes en el interior.
- José Luis Fuentes
Si queremos dirigir nuestras vidas debemos tomar control de nuestras acciones. No es lo que hacemos una vez lo que moldea nuestra vida, sino lo que hacemos de manera constante.
- Anthony Robbins
Dicen que en la vida hay más comienzos que finales. Y este nuevo año que pronto inicia no es la excepción. Se habla mucho del despertar de la conciencia, de la ascensión y de un importante cambio energético en el 2012. Pero pocos hablan sobre el sentido de responsabilidad que debemos de tener hacia nuestra vida, para que precisamente, toda esta transformación, sea como sea, la podamos experimentar.
No creo que el mundo vaya a terminar ni que los extraterrestres vengan por nosotros (sí, algunos sí lo creen). Más bien creo que estamos en un tiempo perfecto para replantear el rumbo y hacer que nuestra historia valga la pena ser contada en el futuro. No hablo de la historia del mundo, hablo de tu historia.
Pero también sé, que es fácil creer que este año que está por terminar ha sido una mera consecuencia de la suerte, una mala jugada del destino o hasta un castigo de Dios. Pensar así es lo más fácil, porque nos exime de cualquier responsabilidad, pero no es la opción si realmente queremos manifestar la vida que anhelamos. Lo que hagas hoy, por más poco que parezca, estará empezando a construir el resto.
Pero antes de que sigas leyendo, te doy un tip: deja de hacer lo que estás haciendo, desconéctate un rato y medita en las siguientes ideas. Ya no postergues más el hacer algo bueno con lo más preciado que tienes: tu propia vida.
1) Todo sucede por una razón más allá de tu mente
Todo lo que ha sucedido en este año tiene una razón de ser. Nada es casualidad y al mismo tiempo todo es justo. Puede sonar muy frío pero en verdad que ya no podemos sacarle la vuelta a las cosas. Lo que te ha pasado o has vivido es perfecto.
Es tan justo que hayas encontrado a la persona amada, como que hayas terminado tu relación. Es tan justo tu despido del trabajo como ese increíble viaje que realizaste. Es tan justo que esa persona que tanto querías se haya ido de este mundo, como la enorme sorpresa que recibiste y te hizo el día.
Ni Dios ni la vida se han puesto de acuerdo para hacerte daño, oprimirte o enviarte castigos. Todo lo que has experimentado en este tiempo tiene su lección escondida.
Deja de pelearte o cuestionar todo. El camino no es racionalizar. Cargar la culpa con preguntas como: ¿Por qué me pasó esto o aquello? sólo te mantiene estancado.
He conocido muchas personas que pudieron seguir adelante, a pesar de vivir crisis tremendas, hasta que se reconciliaron con ellos mismos. Es entonces, cuando entendieron que nadie los estaba castigando y que lo que estaban viviendo era justo.
Tal vez ahora no lo entiendas, pero existe una razón más allá de toda lógica para que hayas vivido eso que tanto te causó dolor, angustia o desesperación. Cuando comprendes y aceptas este principio, inicias este proceso de hacerte cargo de ti mismo y brincas a otra etapa:
2) Hazte responsable de lo que sucede
Esos kilos de más no llegaron solos. Esa decepción amorosa tampoco. Todo lo que estás viviendo en tu vida hoy es un reflejo de lo que te has generado. ¿Pero cómo voy a generarme algo que no quiero? te podrías preguntar. La respuesta es muy sencilla. Atraemos de acuerdo a como pensamos y a como estamos vibrando.
Un ejemplo muy práctico: Empiezas una relación de noviazgo sin haber cerrado bien la anterior, ni siquiera te das tiempo para sanar lo que probablemente te lastimó. De hecho todavía tienes algo de rencor, coraje y sentimientos encontrados con tu ex pareja.
¿Qué pasa? Todo es maravilloso al pensar que ya vas a iniciar otra relación y que ahora sí es la definitiva. Pero el problema es que sigues cargando con tu nueva relación todo lo de la anterior y tarde que temprano, por “x” o “y” motivos también rompes con tu pareja actual.
¿Cómo reaccionas? Los pensamientos más recurrentes son “Esta persona tampoco era para mí” “Todos son iguales” “Nunca voy a poder a encontrar alguien bien para mi vida” “Fue culpa del amigo, de la amiga”.
La verdad es que la ruptura de esta nueva relación en parte fue tú responsabilidad, probablemente no toda, pero sí gran parte. Si no te haces responsable de lo que te sucede y analizas bien qué hay que modificar y qué puedes empezar a hacer para que las cosas sean distintas, no vas a avanzar nunca al lugar donde quieres estar.
Lo mismo sucede cuando tienes problemas económicos y quieres que el país, el gobierno, la crisis, tu jefe, y todos los que te topes en el camino sean culpables de tu escasez. Mientras sigas pensando que la solución está en los demás y no en cómo está tu relación con el dinero, en qué creencias limitantes tienes, en qué puedes mejorar, seguirás viviendo carencias.
Hacerse responsable no es evitar a toda costa los problemas, sino aprender de ellos y ver cómo tu parte también tuvo algo que ver para que llegaran a tu vida.
Repito, la vida no es injusta.
3) Cierra etapas
Cerrar círculos es un tema del que hablo mucho en mis Conferencias y Seminarios. Y lo reitero tanto por la trascendencia que tiene. Como te mencionaba en la clave anterior, no puedes empezar algo sin haber cerrado el pasado. Este tiempo es excelente para concluir ciclos, terminar etapas.
Todo aquello que sientas que ya no debe de estar, definitivamente NO DEBE DE ESTAR. Todo aquello que sientas que te sigue frenando para crecer y desarrollarte, es importante dejarlo a un lado.
¿Qué sigue estando en tu vida que es importante concluir? ¿Qué ya no debe de estar o permanecer? ¿Qué sigues cargando? ¿Algún empleo? ¿Alguna relación? ¿Alguien a quien pedir perdón? ¿Decir algo?
La vida se trata de no dejar cosas pendientes. Entre más huecos dejes, más tardará en llegar lo que deseas. Dice Paulo Coelho “La vida está para adelante nunca para atrás, si andas por la vida dejando puertas abiertas no podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción”.
Es triste y difícil para muchos la despedida, pero es mucho más trágico seguir donde mismo y no avanzar.
Cerrar círculos es como el antídoto contra el apego y la mejor manera de abrir tus brazos a cosas nuevas.
4) Aligera la carga
¿Para qué seguir guardando lo que ya no sirve? ¿Papelitos, fotografías, cartas, objetos, cuadros, recibos telefónicos, etc.?
Todo lo que almacenas tiene una fuerte influencia en las metas u objetivos que persigues. Guardar lo viejo es anclarse al pasado y evitar vivir el presente. No hay porqué almacenar. Aquí aplica la frase de los diseñadores “menos es más”.
Por un lado, mucho de lo que guardas pudiera tener una carga de energía negativa y por otro, aunque no la tuviera, es un gasto innecesario de tranquilidad el seguir estando en donde ya no debes de estar.
Vivir aquí y ahora es el mejor consejo que me han dado en mi vida. De hecho, esa misma forma de pensar se la compartieron a un famoso cantante mexicano. Le causó un shock emocional cuando le pidieron que guardara en cajas todos sus discos de oro y de platino que había ganado por sus miles de ventas y que tenía colgados en su estudio para satisfacer las necesidades de su ego. Cuenta, que cuando lo hizo, sintió que se quitó una carga de encima que llevaba mucho tiempo en su espalda, y no sólo eso, sino que además empezó a fluir mucho más en la composición de su música.
Una señora me platicaba que llevaba literalmente quince años guardando los estados de cuenta de sus tarjetas de crédito. Cuando le pedí que se deshiciera de todo eso, empezaron a mejorar sus finanzas. Cuando lo hagas, entenderás que existe una enorme relación entre almacenar y no recibir lo que deseas o en soltar y empezar a sorprenderte por tanto que empieza a llegar.
Revisa tu habitación, tu hogar completo. Bota todo aquello que ya ocupe mucho espacio, sobre todo cosas y recuerdos que hayan estado en algún momento difícil, de tristeza o de algo que ya no quieres continúe en tu vida. Hay tantas cosas que sólo están de más. Y hablo desde cosas viejas hasta sentimientos pasados. Aligerar la carga es abrirte espacios y comprender que en esta vida sólo estamos de paso.
¿Sabes que es lo más sorprendente? Que entre más te desapegues y vivas ligero, más seguirás recibiendo. Pero ya cuando eso suceda, tendrás otro enfoque, en donde lo que recibes lo utilizas pero en cualquier momento te puedes despedir, generando la paz que necesitas.
5) Enfócate en tu propósito
Para empezar un año es importante tener certeza de que todo va a marchar como queremos. Y una de las estrategias que uso de manera personal es estar bien alineado con mi propósito.
El saber para qué estoy en este mundo y por dónde debo caminar me da la claridad de que todo lo que realice en mi nuevo año esté totalmente armónicamente relacionado con mi propósito. Hablo desde mi pareja, mis actividades diarias hasta nuevos proyectos u oportunidades de trabajo.
Para las mentes primitivas este concepto suele generar mucho ruido, ya que normalmente viven al día, sacando pendientes, apagando fuegos y haciendo lo que les toca hacer por horario; muy pocos se detienen para planear, para ver si están en el lugar correcto y sobre todo para tomar decisiones respecto a lo que hacen.
Enfocarte en tu propósito es ver más allá de lo normal. Es entender que ocupas un lugar importante ene este mundo y que una excelente forma para ayudarlo, es poniendo lo mejor de ti al servicio de los demás. Una vida con propósito no es sólo más placentera y fácil de llevar, sino también mucho más trascendente.
Pregúntate si estás en el lugar que amas, haciendo lo que en verdad te apasiona y sino, ¿qué podrías hacer para acercarte a ese estilo de vida?
Comprométete que a partir de ya, vas a elegir actividades únicamente acorde a tu propósito y principios.
6) Agradece
La gratitud abre más puertas que una llave. Sabernos agradecidos por todo lo que hemos recibido, tanto lo bueno, como lo no tan bueno, es una oportunidad maravillosa para “regresar” un poco al mundo lo que nos han dado.
No me quiero entretener mucho en este punto, porque creo que está muy claro, pero te invito a que de verdad hagas un acto de conciencia y enlistes primero en tu mente todo aquello bueno que aprendiste, lugares que conociste, personas con las que te encontraste, y lecciones que recibiste en este año que estás por acabar.
Después, es indispensable que lo escribas en alguna libreta y punto por punto puedas ir diciendo ¡GRACIAS! No juzgues, no te preguntes porqué, evita cualquier “gracias, pero…” sólo di GRACIAS. Al principio puede ser medio extraño, pero poco a poco se vuelve más sencillo.
Si dentro de esta lista, además de todas las bendiciones, existe alguna persona a la cual te gustaría decirle y reconocerle algo bueno que hizo por ti en este año, es el mejor momento para hacerlo. Probablemente esa persona ni enterada está de su acción positiva y al decirle “GRACIAS por…” puedes generar una muy buena reacción en ella. Hazlo mediante una llamada, un mensaje, un correo electrónico o un encuentro en vivo y a todo color. Si la persona ya no está en este mundo, date un tiempo a solas para platicar con él o con ella mediante la oración o alguna meditación y sólo dile ¡GRACIAS! Por esto, por lo otro, por aquello.
Todo lo bueno que tienes que decirle alguien más debe de salir de tu boca. Si te lo quedas contigo, de nada sirve. Compártelo. No postergues más este increíble homenaje a los demás, pero tampoco esperes. No lo hagas con el fin de que te respondan igual. Simplemente agradece y sepárate del resultado; que al menos no quede en ti.
7) Define metas, visualiza y recibe
¿Por qué una de las claves que muchos consideran en primer lugar al hacer la lista de propósitos de año nuevo la he querido colocar en la última de la fila?
Porque tengo muy claro que por más que te propongas lo que te propongas, hagas diez mil afirmaciones, coloques frases positivas en el espejo de tu baño, pongas a un santo de cabeza o le reces a quien le reces, sino trabajas en cumplir las primeras seis, de nada sirve ninguna meta, por más “grande” o “bonita” que se escuche.
Imagínate que vas en la carretera, pero quieres llegar a tu destino, sin antes conocer la ruta adecuada, las desviaciones, las curvas peligrosas, los obstáculos. Por más que en tu mente y deseo esté llegar a la meta, no lo podrás lograr porque no has hecho lo primero.
Definir metas es saber exactamente lo que quieres para tu vida el próximo año, pero a partir de ya. No como un simple propósito romántico, sino como una realidad que deseas manifestar. ¿Qué quiero? Escríbelo en primera persona, de forma positiva, en tiempo presente y para cuál fecha lo deseas concretar. Ejemplo: Estoy comprando la casa de mis sueños antes de julio del 2011.
No necesitan ser metas gigantes. Pueden ser simples pasos pero que harían una gran diferencia en tu vida. Ejemplo: Estoy visitando a mi madre y pidiéndole perdón antes de que termine este mismo mes.
Visualizar es aceptar que ya está sucediendo y que sólo vas a iniciar el proceso para llegar a tomar eso que deseas, pero que ya existe en algún lugar. Y recibir es darte el permiso para que llegue lo mejor ¿por qué? porque te lo mereces. Tus metas no pueden dejar espacio para la duda ni para la desconfianza.
Piensa que estás iniciando la aventura de crear tu vida, y de hacer que tu historia valga la pena. Estoy seguro que si empiezas a vivir estas claves HOY MISMO, tu vida podrá dar un cambio drástico antes de que inicie este nuevo año. Cada una de ellas es indispensable para tu desarrollo y evolución. Son tan fáciles o tan difíciles, tan prácticas o tan complejas como tú las quieras observar.
Pero te pregunto, si siempre has vivido con tu típica manera de hacer las cosas y aun así no has generado la realidad que sueñas ¿Por qué no darte la oportunidad de intentar algo diferente?
Deseo de corazón que estas siete claves te sean útiles, que lleguen a ti como una bocanada de aire fresco, un vaso de agua antes de dormir o como unas nuevas gafas que te ayuden a ver todo lo extraordinario que la vida tiene preparado para ti.
Recuerda que “El mundo está en manos de aquellos que tienen el coraje de soñar y correr el riesgo de vivir sus sueños”.
Toma el control de tu vida y que disfrutes el viaje en este próximo y maravilloso 2012.
Todos los caminos conducen hasta tu corazón. No busques más en el exterior lo que tienes en el interior.
- José Luis Fuentes
Si queremos dirigir nuestras vidas debemos tomar control de nuestras acciones. No es lo que hacemos una vez lo que moldea nuestra vida, sino lo que hacemos de manera constante.
- Anthony Robbins
Dicen que en la vida hay más comienzos que finales. Y este nuevo año que pronto inicia no es la excepción. Se habla mucho del despertar de la conciencia, de la ascensión y de un importante cambio energético en el 2012. Pero pocos hablan sobre el sentido de responsabilidad que debemos de tener hacia nuestra vida, para que precisamente, toda esta transformación, sea como sea, la podamos experimentar.
No creo que el mundo vaya a terminar ni que los extraterrestres vengan por nosotros (sí, algunos sí lo creen). Más bien creo que estamos en un tiempo perfecto para replantear el rumbo y hacer que nuestra historia valga la pena ser contada en el futuro. No hablo de la historia del mundo, hablo de tu historia.
Pero también sé, que es fácil creer que este año que está por terminar ha sido una mera consecuencia de la suerte, una mala jugada del destino o hasta un castigo de Dios. Pensar así es lo más fácil, porque nos exime de cualquier responsabilidad, pero no es la opción si realmente queremos manifestar la vida que anhelamos. Lo que hagas hoy, por más poco que parezca, estará empezando a construir el resto.
Pero antes de que sigas leyendo, te doy un tip: deja de hacer lo que estás haciendo, desconéctate un rato y medita en las siguientes ideas. Ya no postergues más el hacer algo bueno con lo más preciado que tienes: tu propia vida.
1) Todo sucede por una razón más allá de tu mente
Todo lo que ha sucedido en este año tiene una razón de ser. Nada es casualidad y al mismo tiempo todo es justo. Puede sonar muy frío pero en verdad que ya no podemos sacarle la vuelta a las cosas. Lo que te ha pasado o has vivido es perfecto.
Es tan justo que hayas encontrado a la persona amada, como que hayas terminado tu relación. Es tan justo tu despido del trabajo como ese increíble viaje que realizaste. Es tan justo que esa persona que tanto querías se haya ido de este mundo, como la enorme sorpresa que recibiste y te hizo el día.
Ni Dios ni la vida se han puesto de acuerdo para hacerte daño, oprimirte o enviarte castigos. Todo lo que has experimentado en este tiempo tiene su lección escondida.
Deja de pelearte o cuestionar todo. El camino no es racionalizar. Cargar la culpa con preguntas como: ¿Por qué me pasó esto o aquello? sólo te mantiene estancado.
He conocido muchas personas que pudieron seguir adelante, a pesar de vivir crisis tremendas, hasta que se reconciliaron con ellos mismos. Es entonces, cuando entendieron que nadie los estaba castigando y que lo que estaban viviendo era justo.
Tal vez ahora no lo entiendas, pero existe una razón más allá de toda lógica para que hayas vivido eso que tanto te causó dolor, angustia o desesperación. Cuando comprendes y aceptas este principio, inicias este proceso de hacerte cargo de ti mismo y brincas a otra etapa:
2) Hazte responsable de lo que sucede
Esos kilos de más no llegaron solos. Esa decepción amorosa tampoco. Todo lo que estás viviendo en tu vida hoy es un reflejo de lo que te has generado. ¿Pero cómo voy a generarme algo que no quiero? te podrías preguntar. La respuesta es muy sencilla. Atraemos de acuerdo a como pensamos y a como estamos vibrando.
Un ejemplo muy práctico: Empiezas una relación de noviazgo sin haber cerrado bien la anterior, ni siquiera te das tiempo para sanar lo que probablemente te lastimó. De hecho todavía tienes algo de rencor, coraje y sentimientos encontrados con tu ex pareja.
¿Qué pasa? Todo es maravilloso al pensar que ya vas a iniciar otra relación y que ahora sí es la definitiva. Pero el problema es que sigues cargando con tu nueva relación todo lo de la anterior y tarde que temprano, por “x” o “y” motivos también rompes con tu pareja actual.
¿Cómo reaccionas? Los pensamientos más recurrentes son “Esta persona tampoco era para mí” “Todos son iguales” “Nunca voy a poder a encontrar alguien bien para mi vida” “Fue culpa del amigo, de la amiga”.
La verdad es que la ruptura de esta nueva relación en parte fue tú responsabilidad, probablemente no toda, pero sí gran parte. Si no te haces responsable de lo que te sucede y analizas bien qué hay que modificar y qué puedes empezar a hacer para que las cosas sean distintas, no vas a avanzar nunca al lugar donde quieres estar.
Lo mismo sucede cuando tienes problemas económicos y quieres que el país, el gobierno, la crisis, tu jefe, y todos los que te topes en el camino sean culpables de tu escasez. Mientras sigas pensando que la solución está en los demás y no en cómo está tu relación con el dinero, en qué creencias limitantes tienes, en qué puedes mejorar, seguirás viviendo carencias.
Hacerse responsable no es evitar a toda costa los problemas, sino aprender de ellos y ver cómo tu parte también tuvo algo que ver para que llegaran a tu vida.
Repito, la vida no es injusta.
3) Cierra etapas
Cerrar círculos es un tema del que hablo mucho en mis Conferencias y Seminarios. Y lo reitero tanto por la trascendencia que tiene. Como te mencionaba en la clave anterior, no puedes empezar algo sin haber cerrado el pasado. Este tiempo es excelente para concluir ciclos, terminar etapas.
Todo aquello que sientas que ya no debe de estar, definitivamente NO DEBE DE ESTAR. Todo aquello que sientas que te sigue frenando para crecer y desarrollarte, es importante dejarlo a un lado.
¿Qué sigue estando en tu vida que es importante concluir? ¿Qué ya no debe de estar o permanecer? ¿Qué sigues cargando? ¿Algún empleo? ¿Alguna relación? ¿Alguien a quien pedir perdón? ¿Decir algo?
La vida se trata de no dejar cosas pendientes. Entre más huecos dejes, más tardará en llegar lo que deseas. Dice Paulo Coelho “La vida está para adelante nunca para atrás, si andas por la vida dejando puertas abiertas no podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción”.
Es triste y difícil para muchos la despedida, pero es mucho más trágico seguir donde mismo y no avanzar.
Cerrar círculos es como el antídoto contra el apego y la mejor manera de abrir tus brazos a cosas nuevas.
4) Aligera la carga
¿Para qué seguir guardando lo que ya no sirve? ¿Papelitos, fotografías, cartas, objetos, cuadros, recibos telefónicos, etc.?
Todo lo que almacenas tiene una fuerte influencia en las metas u objetivos que persigues. Guardar lo viejo es anclarse al pasado y evitar vivir el presente. No hay porqué almacenar. Aquí aplica la frase de los diseñadores “menos es más”.
Por un lado, mucho de lo que guardas pudiera tener una carga de energía negativa y por otro, aunque no la tuviera, es un gasto innecesario de tranquilidad el seguir estando en donde ya no debes de estar.
Vivir aquí y ahora es el mejor consejo que me han dado en mi vida. De hecho, esa misma forma de pensar se la compartieron a un famoso cantante mexicano. Le causó un shock emocional cuando le pidieron que guardara en cajas todos sus discos de oro y de platino que había ganado por sus miles de ventas y que tenía colgados en su estudio para satisfacer las necesidades de su ego. Cuenta, que cuando lo hizo, sintió que se quitó una carga de encima que llevaba mucho tiempo en su espalda, y no sólo eso, sino que además empezó a fluir mucho más en la composición de su música.
Una señora me platicaba que llevaba literalmente quince años guardando los estados de cuenta de sus tarjetas de crédito. Cuando le pedí que se deshiciera de todo eso, empezaron a mejorar sus finanzas. Cuando lo hagas, entenderás que existe una enorme relación entre almacenar y no recibir lo que deseas o en soltar y empezar a sorprenderte por tanto que empieza a llegar.
Revisa tu habitación, tu hogar completo. Bota todo aquello que ya ocupe mucho espacio, sobre todo cosas y recuerdos que hayan estado en algún momento difícil, de tristeza o de algo que ya no quieres continúe en tu vida. Hay tantas cosas que sólo están de más. Y hablo desde cosas viejas hasta sentimientos pasados. Aligerar la carga es abrirte espacios y comprender que en esta vida sólo estamos de paso.
¿Sabes que es lo más sorprendente? Que entre más te desapegues y vivas ligero, más seguirás recibiendo. Pero ya cuando eso suceda, tendrás otro enfoque, en donde lo que recibes lo utilizas pero en cualquier momento te puedes despedir, generando la paz que necesitas.
5) Enfócate en tu propósito
Para empezar un año es importante tener certeza de que todo va a marchar como queremos. Y una de las estrategias que uso de manera personal es estar bien alineado con mi propósito.
El saber para qué estoy en este mundo y por dónde debo caminar me da la claridad de que todo lo que realice en mi nuevo año esté totalmente armónicamente relacionado con mi propósito. Hablo desde mi pareja, mis actividades diarias hasta nuevos proyectos u oportunidades de trabajo.
Para las mentes primitivas este concepto suele generar mucho ruido, ya que normalmente viven al día, sacando pendientes, apagando fuegos y haciendo lo que les toca hacer por horario; muy pocos se detienen para planear, para ver si están en el lugar correcto y sobre todo para tomar decisiones respecto a lo que hacen.
Enfocarte en tu propósito es ver más allá de lo normal. Es entender que ocupas un lugar importante ene este mundo y que una excelente forma para ayudarlo, es poniendo lo mejor de ti al servicio de los demás. Una vida con propósito no es sólo más placentera y fácil de llevar, sino también mucho más trascendente.
Pregúntate si estás en el lugar que amas, haciendo lo que en verdad te apasiona y sino, ¿qué podrías hacer para acercarte a ese estilo de vida?
Comprométete que a partir de ya, vas a elegir actividades únicamente acorde a tu propósito y principios.
6) Agradece
La gratitud abre más puertas que una llave. Sabernos agradecidos por todo lo que hemos recibido, tanto lo bueno, como lo no tan bueno, es una oportunidad maravillosa para “regresar” un poco al mundo lo que nos han dado.
No me quiero entretener mucho en este punto, porque creo que está muy claro, pero te invito a que de verdad hagas un acto de conciencia y enlistes primero en tu mente todo aquello bueno que aprendiste, lugares que conociste, personas con las que te encontraste, y lecciones que recibiste en este año que estás por acabar.
Después, es indispensable que lo escribas en alguna libreta y punto por punto puedas ir diciendo ¡GRACIAS! No juzgues, no te preguntes porqué, evita cualquier “gracias, pero…” sólo di GRACIAS. Al principio puede ser medio extraño, pero poco a poco se vuelve más sencillo.
Si dentro de esta lista, además de todas las bendiciones, existe alguna persona a la cual te gustaría decirle y reconocerle algo bueno que hizo por ti en este año, es el mejor momento para hacerlo. Probablemente esa persona ni enterada está de su acción positiva y al decirle “GRACIAS por…” puedes generar una muy buena reacción en ella. Hazlo mediante una llamada, un mensaje, un correo electrónico o un encuentro en vivo y a todo color. Si la persona ya no está en este mundo, date un tiempo a solas para platicar con él o con ella mediante la oración o alguna meditación y sólo dile ¡GRACIAS! Por esto, por lo otro, por aquello.
Todo lo bueno que tienes que decirle alguien más debe de salir de tu boca. Si te lo quedas contigo, de nada sirve. Compártelo. No postergues más este increíble homenaje a los demás, pero tampoco esperes. No lo hagas con el fin de que te respondan igual. Simplemente agradece y sepárate del resultado; que al menos no quede en ti.
7) Define metas, visualiza y recibe
¿Por qué una de las claves que muchos consideran en primer lugar al hacer la lista de propósitos de año nuevo la he querido colocar en la última de la fila?
Porque tengo muy claro que por más que te propongas lo que te propongas, hagas diez mil afirmaciones, coloques frases positivas en el espejo de tu baño, pongas a un santo de cabeza o le reces a quien le reces, sino trabajas en cumplir las primeras seis, de nada sirve ninguna meta, por más “grande” o “bonita” que se escuche.
Imagínate que vas en la carretera, pero quieres llegar a tu destino, sin antes conocer la ruta adecuada, las desviaciones, las curvas peligrosas, los obstáculos. Por más que en tu mente y deseo esté llegar a la meta, no lo podrás lograr porque no has hecho lo primero.
Definir metas es saber exactamente lo que quieres para tu vida el próximo año, pero a partir de ya. No como un simple propósito romántico, sino como una realidad que deseas manifestar. ¿Qué quiero? Escríbelo en primera persona, de forma positiva, en tiempo presente y para cuál fecha lo deseas concretar. Ejemplo: Estoy comprando la casa de mis sueños antes de julio del 2011.
No necesitan ser metas gigantes. Pueden ser simples pasos pero que harían una gran diferencia en tu vida. Ejemplo: Estoy visitando a mi madre y pidiéndole perdón antes de que termine este mismo mes.
Visualizar es aceptar que ya está sucediendo y que sólo vas a iniciar el proceso para llegar a tomar eso que deseas, pero que ya existe en algún lugar. Y recibir es darte el permiso para que llegue lo mejor ¿por qué? porque te lo mereces. Tus metas no pueden dejar espacio para la duda ni para la desconfianza.
Piensa que estás iniciando la aventura de crear tu vida, y de hacer que tu historia valga la pena. Estoy seguro que si empiezas a vivir estas claves HOY MISMO, tu vida podrá dar un cambio drástico antes de que inicie este nuevo año. Cada una de ellas es indispensable para tu desarrollo y evolución. Son tan fáciles o tan difíciles, tan prácticas o tan complejas como tú las quieras observar.
Pero te pregunto, si siempre has vivido con tu típica manera de hacer las cosas y aun así no has generado la realidad que sueñas ¿Por qué no darte la oportunidad de intentar algo diferente?
Deseo de corazón que estas siete claves te sean útiles, que lleguen a ti como una bocanada de aire fresco, un vaso de agua antes de dormir o como unas nuevas gafas que te ayuden a ver todo lo extraordinario que la vida tiene preparado para ti.
Recuerda que “El mundo está en manos de aquellos que tienen el coraje de soñar y correr el riesgo de vivir sus sueños”.
Toma el control de tu vida y que disfrutes el viaje en este próximo y maravilloso 2012.