Dichos tales como: “Los pensamientos negativos atraen negatividad a la vida”, no son necesariamente ciertos y pueden hacer que la gente que está pasando por un período difícil, se sienta peor. También pueden crear miedo al atraer aún más negatividad con sus pensamientos. El usar esta idea indiscriminadamente, a menudo, hace que la gente que esté pasando por momentos duros, se sienta como si fuera mala por atraer tales eventos y eso no es verdad. Si empezamos a creer que son nuestros pensamientos negativos los que están creando cualquier situación desagradable, podemos volvernos paranoicos acerca de lo que pensamos. Por el contrario, esto realmente tiene que ver menos con nuestros pensamientos y más con nuestras emociones, especialmente lo que sentimos sobre nosotros mismos.
Tampoco es el caso que para atraer cosas positivas simplemente tengamos que mantenernos alegres. No puedo enfatizarlo lo suficiente, pero ¡nuestros sentimientos sobre nosotros mismos son realmente el barómetro más importante para determinar la condición de nuestras vidas! En otras palabras, ¡ser fieles a nosotros es más importante que sólo tratar de mantenernos positivos!
Me permito sentirme de manera negativa sobre cosas que me molestan pues es mucho mejor experimentar emociones reales que encapsularlas. Una vez más, se trata de permitir aquello que realmente estoy sintiendo, en lugar de pelear contra ello. El mismo acto de permitir sin juicio es un acto de amor propio. Este acto de amabilidad hacia mí, va más lejos en cuanto a crear una vida feliz que fingir sentirme optimista.
Algunas veces cuando vemos a alguien realmente alegre, efervescente y amable pero cuya vida se está derrumbando, podemos pensar: “Ves”, esta cosa de “ser positivo” no funciona. He aquí la cuestión: no conocemos el diálogo interno de ese individuo. No sabemos lo que los demás se están diciendo a sí mismos todos los días o si son felices emocionalmente. Y lo más importante, ¡no sabemos si se aman y se valoran!
Debido a lo que fui consciente durante mi ECM, siento que es muy importante no tener juicios ni miedos en mi contra. Cuando mi diálogo interior me está diciendo que estoy a salvo, que soy amada incondicionalmente y aceptada, entonces irradio esa energía hacia afuera y cambio mi mundo externo, de acuerdo a esto. Mi vida exterior es realmente sólo un reflejo de mi estado interno.
No importa si estoy pasando por un día o una semana malos. Lo más importante es cómo me siento respecto de mí misma, mientras estoy enfrentando este día o semana. Se trata de confiar en el proceso aunque esté atravesando por un período difícil y no sentirnos temerosos por tener ansiedad, tristeza o miedo; esto es mejor que suprimirlo todo hasta que pasen esas emociones. Se trata de permitirme a mí misma ser fiel a quien soy. Como consecuencia, esos sentimientos se disiparán y esto sucederá cada vez con menos frecuencia.
Antes de mi ECM, solía suprimir a menudo mis emociones de molestia, porque creía que atraerían negatividad a mi vida. En adición, no quería preocupar a otros, así que trataba de controlar mis pensamientos y me forzaba a ser positiva. Pero ahora entiendo que la clave es siempre honrar a quién realmente somos y permitirnos a nosotros mismos estar en nuestra propia verdad.
Cada instante del tiempo es totalmente único y cada momento que ya ha pasado no puede ser replicado en este plano físico. He aprendido a sentirme cómoda con eso y a vivir el momento presente. Tanto como me sea posible, trato de no cargar equipaje emocional de un instante para el siguiente. En lugar de esto, trato de ver cada momento como “borrón y cuenta nueva”, trayendo con ello nuevas posibilidades. Entonces hago lo que me eleva o me trae el mayor placer y dicha en ese momento -esto puede ser meditar, al igual que simplemente ir de compras o comer chocolate, si eso es lo que me apetece.
Vivir en mayor armonía con quiénes verdaderamente somos no significa forzarnos a repetir pensamientos positivos. Realmente, quiere decir ser y hacer cosas que nos hagan felices, cosas que despierten nuestra pasión y saquen lo mejor de nosotros, cosas que nos hagan sentir bien; eso también significa amarnos incondicionalmente. Cuando fluimos de esta forma sintiéndonos alegres y energizados con la vida, estamos en contacto con nuestra magnificencia. Cuando encontramos eso en nuestro interior, las cosas realmente empiezan a volverse excitantes y los sincronismos se suceden a nuestro alrededor.
Los temas de la sincronicidad y la atracción han recibido mucha atención durante los últimos años.
La idea de que las cosas aparezcan sin esfuerzo, sólo porque nosotros las atraemos es fascinante, pero prefiero pensar en términos de permitir en lugar de atraer.
Como lo he dicho, somos uno con el universo, nuestro propósito es ser los seres magnificentes que somos y el mundo exterior es sólo un reflejo de lo que está en nuestro interior. El fracaso en mi vida se debió a que me enfocaba en lo externo, las comparaciones que hacía y la competencia que esto creaba. Tenía el sentimiento de que no había suficiente para todos; esto causa avaricia y competencia. Necesitaba convencer a otros que creyeran y pensaran de la forma que yo lo hacía, en lugar de aceptar nuestros seres únicos y las diferencias.
Todos estos sentimientos venían del punto de vista de que al universo le falta algo y es limitado, cuando en realidad es infinito. Es capaz de crecer y abarcar tanto, como lo que somos. Depende de nosotros expandirnos y permitir todo lo que queramos, pero tiene que ser hecho desde adentro hacia afuera, y no al revés.
Cuando entendí que no hay nada fuera de mi ser infinito, pude empezar a enfocarme para verme como un trabajo en progreso de la perfección, pero en una forma dinámica, no estática. Como un caleidoscopio que da la vuelta de una imagen exquisita hacia la siguiente, la perfección está constantemente en movimiento. Para mí, esto significa ver la belleza en el viaje y en los aparentes errores que me llevan a otro nivel de entendimiento. Mi meta es sentirme lo suficientemente bien conmigo misma para llegar a un punto de confianza y, en ese estado, soltar el resultado. Cuando empecé a observar mi propia perfección, empecé a notar que mi mundo externo la reflejaba.
Estaba atrayendo lo que es mejor para mí, lo cual a su vez, es lo mejor que puedo hacer por el universo.
Salir a cambiar el mundo no es para mí, como lo he dicho antes. Esto sólo alimenta la misma energía de juzgamiento que está causando problemas, en primer lugar, ya que proviene de la opinión de que algo está mal y necesita ser cambiado. En lugar, soltar el apego a cualquier forma de creencia o pensamiento me ha hecho sentir más expandida y casi transparente para que la energía universal pueda simplemente fluir a través de mí. Más coincidencias positivas llegan a mi vida cuando estoy en este estado de permitir.
Siempre atraemos los resultados perfectos; lo igual atrae a lo igual. Entonces, entre más amable sea conmigo misma, mas eventos externos reflejarán eso. Entre más dura y juzgadora sea conmigo misma, más parecida será mi situación. ¡El universo siempre me da la razón respecto a mi opinión de mí misma!
Antes perseguía un sentimiento parecido a tener que hacer, conseguir o lograr algo. Sin embargo, el mismo acto de perseguir algo viene del miedo; tenemos miedo de no tener lo que realmente queremos. Nos mantiene atascados en la dualidad, porque el enfoque está en la separación inherente entre el cazador y la presa. Ahora, sin embargo, ya no persigo nada. A cambio, yo permito.
Por ejemplo, cuando siento un increíble deseo sobre a dónde quiero que mi vida vaya, sé que si yo lo persiguiera agresivamente, esto sólo me causaría luchar contra la energía universal. Entre más esfuerzo ponga en tratar de obtenerlo, más sé que estoy haciendo algo incorrecto. El permitir, por otro lado, no requiere esfuerzo. Se parece más a un soltar, pues significa darse cuenta que ya que todo es Uno, aquello que intento conseguir ya es mío.
El proceso de permitir se sucede primero por confiar y enseguida, por ser leales a quienes verdaderamente somos. De esta manera, solo atraeré aquello que es realmente mío y todo sucederá a la velocidad en la cual me siento cómoda. Puedo seguirme enfocando en aquello que me preocupa, necesito o creo que me hace falta, pero mi vida no se moverá hacia lo que me gustaría experimentar. Sólo permanecerá de la misma manera en que está ahora, porque le estoy prestando atención a mis miedos y a lo que me molesta o me hace sentir incompleta, en lugar de expandir mi consciencia confiando y permitiendo nuevas experiencias. Así que puedo permitir que el cuadro se materialice más despacio o más rápido, dependiendo de cuán rápido quiero soltar mis preocupaciones y relajarme con el proceso. Entre más apegada esté a ciertas formas de pensar o a resultados, o entre más miedos le tenga a nuevas aventuras, más despacio será el desarrollo porque no estoy abierta al proceso. No estoy permitiendo que la energía universal fluya a través de mí en una forma natural.
Después de haber dicho todo esto, realmente no me siento a evaluar cada elección o posibilidad.
Todo lo que realmente hago en cada momento es vivir conscientemente en ese espacio; esto se hace internamente, no externamente. Afuera, no hay nada para perseguir ni nada para atraer. Y ya que el universo está adentro, cualquier cosa que experimente en mi interior afecta el Todo.
Ya que el tapiz de todo tiempo está ya tejido, todo lo que yo pudiera desear alguna vez que pasara en mi vida ya existe en ese plano infinito y no físico. Mi única tarea es expandir mi ser terrenal lo suficiente para permitirlo en este reino. Así que si hay algo que desee, la idea no es salir a conseguirlo, sino expandir mi propia consciencia para permitir que la energía universal me lo traiga, aquí en mi realidad.
Perseguir lo que deseo sólo refuerza separación, mientras que permitir significa darse cuenta que ya que todos somos Uno y que todo está conectado, aquello que deseo es ya mío.
Extracto del Libro: "MUERO POR SER YO" de ANITA MOORJANI (Mar/2012)
Traducción libre y gratuita al español de mi esposa y revisión mía (Sep/2012)