Por Víctor del Rosal Ahumada
La Orden Cisterciense de la Estrecha Observancia es una orden monástica católica, cuyos miembros son popularmente conocidos como trapenses. Tiene sus orígenes en 1098, en monasterio Cisterciense de La Trappe, Francia. Tienen como regla la de San Benito (Regula Sancti Benedicti) de 73 capítulos, seguida por la mayoría de los monasterios fundados durante la Edad Media.
La abadía San Sixto en Westvleteren, Bélgica fue fundada en el año 1831 por monjes trapenses provenientes del monasterio Mont des Cats, al otro lado de la frontera francesa. Es uno de los 174 monasterios actualmente reconocidos por la Orden a nivel mundial.
Sin embargo tiene una pecularidad, especialmente para los amantes de la cerveza. La abadía en Westvleteren se ha hecho famosa por producir una de las mejores cervezas del mundo, gracias a una receta que se ha mantenido en secreto por casi 170 años.
En el 2005 la cerveza Westvleteren 12 fue elegida por la prestigiosa página de cervezas, RateBeer, como la mejor del mundo.
Investigando más a fondo, encontramos que las cervezas trapenses son elaboradas en monasterios; sólo hay 6 marcas de cervezas belgas con denominación de origen trapense: una de ellas es la producida en la abadía de San Sixto en Westvleteren.
A pesar de que la cerveza Westvleteren no tiene etiqueta, y mucho menos un 'gerente de marca', su peculiar sabor complejo y profundo la ha llevado a adquirir fama internacional.
Pero la producción en la cervecería del monasterio es muy limitada en comparación con la demanda; sólo producen 60 mil cajas de 24 botellas, la misma cantidad desde 1946, una producción muy por debajo de la demanda mundial.
Y es que los monasterios suelen tener algún negocio que ayude a solventar los gastos y que les permita dedicar su tiempo al verdadero objetivo, que es la vida espiritual. Pero no fabrican más porque con los ingresos generados cumplen sus objetivos.
La cerveza sólo se consigue en la puerta del monasterio, después de seguir un elaborado proceso de cita, y con un estricto límite de compra. Sólo se puede comprar directamente en el monasterio o probarla en el "centro de bienvenida" en la acera frente al monasterio.
Podríamos pensar que los monjes se 'resisten a crecer', que podrían ganar mucho más. Sin embargo su razonamiento es claro: 'Incrementar la producción no es una opción... Puede interferir con nuestro trabajo como monjes', afirmaba el hermano Joris para el Wall Street Journal.
Su visión es clara: no viven para producir cerveza, aunque sea la mejor del mundo, viven para ser monjes, y eso lo significa todo. La comunión con Dios es su propósito de vida, producir cerveza es un medio.
Cuando el verdadero propósito de vida es claro, todo lo demás se ordena. Cada cosa, cada actividad, las preocupaciones de la vida toman su justo lugar. Pero sin un propósito definido, es fácil confundir los medios con el fin. Gran ejemplo de los monjes trapenses.
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